Aprovechando estos días de lluvia en Barcelona me he visto la peli Tomboy. Llevaba mucho tiempo queriendo verla, pero nunca la encontraba. Hoy he tenido más suerte.
Ha habido un momento de la peli en el que he agradecido la suerte que he tenido de peque. A pesar de que había veces que mi madre intentaba convencerme de lo cómodos que eran los vestidos, siempre me ha dejado ponerme la ropa que quisiese. Conforme crecía, y me hacía adolescente, tenía que convencerla para que mirásemos ropa en la zona de "niños", pero por suerte suele ser mucho más funcional (tenía complejo de mono, trepaba a todos lados), cómoda y los pantalones tienen bolsillos!! Si hay algo a lo que soy adicto, es a los bolsillos. En cuanto me estoy probando un pantalón, mirando una mochila, una chaqueta o parecido, lo primero que hago es mirar cuántos y qué tipo de bolsillos tiene.
Hay veces en que echo de menos esos años en los que "los adultos" ni siquiera se plantean la duda de tu sexo-género, sino que automáticamente eres visto en masculino. Ahora, tengo que esperar a ver cómo me ha leído mi interlocutorx para saber si tratarme en masculino o femenino. Es raro, pero últimamente tengo la sensación de que performo continuamente mi género (algo que hacemos todxs, pero no lo notamos). Siento que tengo y vivo tres yos: el masculino (en espacios de seguridad), el femenino (en espacios normativos) y el neutro/ambiguo/genderqueer (por la calle, en momentos de no interacción social directa).
Estoy en un momento de transición, experimentando dónde me siento a gusto, qué es lo que quiero, cómo lo quiero...estoy disfrutando de este proceso.
Hoy me siento genial con binder y gayumbos.
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