25 sept 2011

A vueltas con la regla

Ayer leí un artículo en Pikara Magazine de M en Conflicto que me hizo volver unos cuantos años en mi vida y recordar cómo viví yo la regla, hasta cómo la vivo actualmente.

Imagen del blog de las Jornadas Perras
La primera vez que tuve la regla, está marcada por el cuándo y el qué estaba haciendo en ese momento. Y es que, al tabú que ya supone todo lo que gira en torno a la menstruación tuve que añadirle el de la masturbación. Si, me vino mientras me estaba haciendo un paja. Mi primera reacción fue pensar que era culpa de la paja. Y digo culpa, porque yo no quería tener la regla, yo no estaba feliz por “hacerme mujer” (como si lo estaban algunas amigas, que me habían contado emocionadas y contentas que ya les “había venido”); yo estaba feliz de tener 15 años y que todavía no hubiese menstruado.
El resultado fue que decidí no hacerme más pajas, porque a lo mejor afectaban de alguna forma no beneficiosa a mi cuerpo (ahora me parece una absoluta estupidez, pero el tabú entorno a la masturbación es enorme, horrible y muy perjudicial). Por supuesto, aquello no llegó a durar ni dos meses, es demasiado placentero y divertido hacerse pajas.
A pesar de esto, siempre llevé el tener la regla como algo natural, que no interviene en mi vida diaria. Durante la regla me activo, tengo más energía, necesito moverme, hacer deporte…hasta que llega el 4º día, en el que me da el bajón de energía, tengo dolores durante una media hora por la mañana, y estoy más pausad*, tranquil* y con más apetito.
Los 28 días conmigo no van, mi regla tiene una irregularidad innata, que hace que me alegre cuando tarda más (es una de las ventajas de follar con tías, que no me tengo que preocupar de por qué me tardará más en bajar la regla) o joderme (si, a pesar de lo poco que me afecta no es que me alegre el día) cuando me baja antes de tiempo.

Y desde que descubrí la Mooncup, casi que me olvido de que tengo la regla.

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